Todos tenemos a alguien cercano, ya sea más allegado o no, que sufre de problemas de tiroides. Esta glándula pequeña en forma de mariposa que tenemos en la parte baja del cuello y que nos descontrola por completo si no funciona correctamente.
La tiroides falla por que dejan de funcionar las glándulas endocrinas implicadas. Es decir, la tiroides seria como la glándula “obrera” teniendo por encima a su “jefa” que es la hipófisis y por encima de esta, al “jefe supremo” que es el hipotálamo.
El sistema endocrino está formado por esta especie de jerarquía entre glándulas endocrinas y dependiendo de donde venga el fallo funcional tendremos un tipo de tiroiditis u otro.
Los problemas de tiroides más comunes son:
- Hipotiroidismo primario: es el más frecuente y se llama primario ya que ocurre cuando el problema de funcionalidad está en la glándula tiroides. Lo que suele ocurrir es que la glándula produce pocas hormonas tiroideas.
- Hipotiroidismo secundario: este es algo más grave puesto que ocurre cuando el problema proviene de la hipófisis, la glándula “jefa”.
- Hipotiroidismo terciario: es cuando el problema viene del “jefe supremo”, el hipotálamo. Este es uno de las tiroiditis más graves.
La tiroiditis más frecuente es el hipotiroidismo primario que se puede prevenir ingiriendo yodo con la dieta. Este tipo de hipotiroidismo no solo es el más frecuente, sino que, además, afecta a más mujeres que a hombres. Dentro del primario uno de los más frecuentes es la tiroiditis de Hashimoto.
En el hipotiroidismo primario lo que ocurre es que los niveles de hormonas tiroideas (T3 y T4) son bajos y los niveles de TSH son altos.
El hipotiroidismo subclínico es un tipo de hipotiroidismo primario que aún no da clínica (los niveles hormonales T3/T4 son normales) pero hay marcadores que indican que la glándula empieza a fallar. Se ha de tratar igualmente.
La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune. El daño que se crea a la tiroides y, por tanto, hace que funcione mal, proviene de los anticuerpos que son nuestras defensas. Según nuestros genes tendremos más o menos predisposición a sufrirlo.
Lo que ocurre es que la glándula tiroides se inflama por el ataque de nuestros anticuerpos y después de una inflamación muy prolongada en el tiempo, la tiroides se “cansa” y deja de producir suficientes hormonas tiroideas (T3 y T4), es decir, se produce hipotiroidismo.
Tener o no la posibilidad de sufrir tiroiditis de Hashimoto dependerá en gran parte de nuestra carga genética. En general, los pacientes con esta enfermedad suelen tener antecedentes familiares.
Tiroides y embarazo
Las mujeres que estén o hayan estado embarazadas sabrán la importancia que le dan los médicos a la tiroides. Esto se debe a que la glándula tiroides tiene un papel clave no solo para que el embarazo pueda seguir adelante y no se produzcan abortos sino, también en el desarrollo del feto.
En los primeros 3 meses de embarazo la tiroides está implicada en el desarrollo del sistema nervioso central (SNC) del feto, por tanto, dependerá en gran medida de unos niveles de hormonas tiroideas correctas.
Una tiroides descontrolada afecta directamente a tu fertilidad.
Medicación: Levotiroxina
La medicación que se usa en estos casos es la levotiroxina, un medicamento muy eficaz y que requiere de unas condiciones de administración para que sea efectivo.
Debe tomarse en ayunas y respetar 30 minutos antes de comer. Cuanto más tiempo pase desde la toma hasta que se ingieren alimentos mejor se absorbe. La absorción de la levotiroxina interfiere con todos los alimentos, sobre todo con la soja y sus derivados.
La falta de absorción de la levotiroxina no solo afecta cuando se ingiere con alimentos, también cuando se administra junto a otra medicación.
Es importante tomar la medicación sin comida y alejada del resto de medicación.
El selenio es un cofactor de la síntesis de la hormona tiroidea, es decir, contribuye a que se hagan bien las hormonas T3 y T4. Este mineral está muy presente en casi toda la comida, sobre todo en las nueces de Brasil, por lo que no suele ser necesaria la suplementación.
La FarmacÉutica y nutricionista Laura Salud nos lo cuenta
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