Según la OMS la salud sexual la define como un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, la cual es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad.
La dispareunia es el nombre científico para definir el dolor en las relaciones sexuales.
La dispareunia afecta al 15% de las mujeres en edad reproductiva y hasta el 45% de mujeres mayores de 50 años.
Las mujeres en etapa menopáusica son las que sufren con mayor frecuencia este tipo de molestias. Esto se debe a que naturalmente con la edad, la mujer sufre una atrofia vulvo-vaginal provocada por la alta disminución de los niveles de estrógenos. Este cambio hormonal reduce las capas del epitelio vaginal, es decir, se produce un adelgazamiento de las paredes de la vagina con la consecuente sequedad vaginal que se expresa en forma de picor, prurito e incluso sangrado.
A su vez, este adelgazamiento hace que las terminaciones nerviosas estén más próximas a la superficie y, por tanto, la zona sea más sensible al dolor.
Se necesita lubricación natural del cérvix para que la fricción en la penetración no duela. Con la pérdida de epitelio (adelgazamiento de la mucosa) las terminaciones nerviosas están más próximas a la superficie, lo que hace que al tener menos lubricación, el dolor se sienta más.
Estos sucesos pueden desencadenar en un círculo vicioso en el que se produzca la huida sexual para evitar las relaciones.
El primer paso a tener en cuenta para evitar la dispareunia es usar a diario un tratamiento para la sequedad vaginal. También usar lubricantes específicos que trabajen en la pared de la vagina para conservarla y mantener su buen estado. No usar lubricantes recreativos para tratar el problema, solo usarlo en relaciones sexuales en caso de necesidad.
Es importante, usar productos formulados para atrofia vaginal.
Consejos para tener relaciones sexuales satisfactorias:
- Comunícate con tu pareja explicándole cómo te sientes. Las molestias íntimas no deben pasar a un plano secundario en la salud, ya que tienen un impacto en la calidad de vida diaria muy grande. Comunícate también con tu profesional sanitario para consultar tus molestias y dudas al respecto.
- Emplea una higiene específica para la zona íntima y para la etapa fisiológica de la mujer a diario y después de cada relación sexual.
- Incluye en tu rutina de cuidado íntimo, productos hidratantes que ayuden a mantener en equilibrio la microbiota vaginal y, a tener óptimos niveles de lubricación.
- Utiliza lubricantes de base acuosa en tus relaciones sexuales, si fuera necesario.
- Orina antes y después de cada relación sexual y lava los juguetes sexuales antes y después de su uso.
- Si tienes cistitis con frecuencia, puede ayudarte el uso de complementos alimenticios que contribuyan a la salud urinaria y prevenir una posible nueva infección tras el acto sexual.
Esta huida sexual y circulo vicioso que antes os explicaba también tiene mucho que ver con las molestias que aparecen después de las relaciones sexuales como la cistitis, la inflamación, el escozor, el picor, etc. La mayoría se deben a un desequilibrio de la microbiota vaginal que nos protege de patógenos.
Durante el acto sexual, a través de la uretra (el conducto que une la vejiga con el exterior) pueden entrar bacterias y aumentar las probabilidades de infección, así se producen las cistitis postcoitales.
También se puede dar una migración de las bacterias anales-vaginales por uso inadecuado de los juguetes sexuales o los dedos, si se han empleado tanto en la zona anal como vaginal, esto suele provocar síntomas de inflamación, picor o escozor.
Son por estos motivos que se aconseja orinar después del acto sexual, para eliminar por arrastre las posibles bacterias que hayan podido entrar durante el coito.
Es importante mantener el equilibrio de la microbiota vaginal propia mediante una rutina de cuidado íntimo diario y especialmente durante las relaciones sexuales.
La FarmacÉutica y nutricionista Laura Salud nos lo cuenta
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